Son sesenta (60) años ya desde la génesis del manifiesto fundacional, que en ese febrero de 1963 emitió tal vez el documento más importante que recogía los principios que habrían de regir a futuro el denominado "Movimiento de la nueva canción". Solo tres años antes, veía la luz el Festival de Cosquín, y en 1965 se consagraba allí por primera vez la gran Mercedes Sosa, quien se presentó en el festival sin aval o invitación pues pertenecía a una lista de artistas censurados por el gobierno de la época. Solo habían transcurrido cinco años desde ese primer festival en 1961 y se vivía en Argentina una verdadera revolución en torno al folklore, que entraba a competir de manera decidida con el tango, -la hermosa "música ciudadana"-, que había predominado durante un largo periodo de tiempo especialmente en Buenos Aires. Cosquín puso en la escena a un grupo de jóvenes compositores e intérpretes, en una explosión de talento que sesenta años después sigue cosechando gustos entre los jóvenes en todo latinoamérica. De esa época inicial hay que mencionar a Atahualpa Yupanqui, Los Chalchaleros, Ariel Ramírez, Jorge Cafrune, Alfredo Zitarrosa, Cuchy Leguizamón, Los Fronterizos, Armando Tejada, Horacio Guarany y los exponentes contemporáneos más relevantes: Los Nocheros, Raly Barrionuevo, Abel Pintos, Canto4, Soledad Pastorutti, Peteco Carabajal, entre otros
El texto de ese documento se comparte a continuación:
En este sentido, adhiere a la inquietud del Nuevo Cine, como también a todo intento de renovación que intente testimoniar y expresar por el arte nuestra apasionante realidad sin concesiones ni deformaciones.
Rechaza a todo regionalismo cerrado y busca expresar al país todo en la amplia gama de sus formas musicales. Se propone depurar de convencionalismos y tabúes tradicionalistas a ultranza, el patrimonio musical tanto de origen folklórico como típico popular. Alentará la necesidad de crear permanentemente formas y procedimientos interpretativos, así como obras de genuina identidad con el país de hoy, que enriquezcan la sensibilidad y la cultura de nuestro pueblo.
Desechará, rechazará y denunciará al público, mediante el análisis esclarecido en cada caso, toda producción burda y subalterna que, con finalidad mercantil, intente encarecer tanto la inteligencia como la moral de nuestro pueblo. El Nuevo Cancionero acoge en sus principios a todos los artistas identificados con sus anhelos de valorar, profundizar, crear y desarrollar el arte popular y en ese sentido buscará la comunicación, el diálogo y el intercambio con todos los artistas y movimientos similares del resto de América. Apoyará y estimulará el espíritu crítico en peñas, y organizaciones culturales dedicadas a la difusión de nuestro acervo, para que el culto por lo nuestro deje de ser una mera distracción y se canalice en una comprensión seria y respetuosa de nuestro pasado y nuestro presente, mediante el estudio y el diálogo formativo de nuestras juventudes.
El Nuevo Cancionero luchará por convertir la presente adhesión del pueblo argentino hacia su canto nacional, en un valor cultural inalienable. Afirma que el arte, como la vida, debe estar en permanente transformación y por eso, busca integrar el cancionero popular al desarrollo creador del pueblo todo para acompañarlo en su destino, expresando sus sueños, sus alegrías, sus luchas y sus esperanzas". Mendoza, 11 de febrero de 1963